
Hoy me toca estar de aquel lado, en el que amar no implica ser amado, en el que los sentidos sienten haciendo caso omiso a mi miedo.
Mis pupilas gritan ¡amor! pero como no tienen voz .. nadie las escucha. Entre tanta soledad, sin estar solo, solo puedo pensar y anudar aún más mi compleja y simple historia.
Te amo más que a mi vida, cuantas veces me entusiasme al decirlo, o sobrepasado por aquel teléfono que núnca suena me encontré pronunciando esas palabras. Si pudiera pedir un deseo, no lo dudaría, nos haría felices, juntos, o separados, como lo disponga la vida.
Ahora si tuviera que elegir, pediría ser feliz, no que tú lo seas sacrificando la mía. ¿Acaso encaja esto con el te amo más que a mi vida?, ¿eso está mal?, ¿eso no es amar?, pues si no lo és, núnca ame en verdad, porque te amo, pero jamás más que a mi vida.

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