Es larga la distancia de las nubes al piso, más cuando uno cae a la realidad tan bruscamente. Es entonces cuando querés desaparecer totalmente, que todos se olviden de vos, lo que hiciste, lo que puediste hacer y lo que viviste con ellos. En definitiva: desaparecer. Porque las cosas parecen imposibles de llegar a buen rumbo, y para cambiarlo, el fin no justificaría los medios.
Por eso, esta situación ya no depende de la buena ovluntad o los méritos, es una cuestión de humanidad.
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